23 marzo, 2016

Liberté, égalité, fraternité

Una vez más el mundo ha sido testigo de lo que puede hacer el fanatismo religioso. Aunque los líderes religiosos están condenando los ataques en Bruselas, las religiones que muchos de ellos representan no están libres del principio que llevó a los terroristas a inmolarse asesinando a decenas de inocentes. Dicho principio es el odio a los no creyentes, infieles, blasfemos, apóstatas y herejes, como lo atestigua el propio "buen" libro:

Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir. Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado. Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas. Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra. Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las espante. Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás. Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano. El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días. Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado. Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová. Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá. Plantarás viñas y labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. Tendrás olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta. El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola. Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó.1

Si los imanes, pastores, sacerdotes y el papa se quieren distanciar de los actos terroristas, entonces que explícitamente rechacen las condenaciones a los no creyentes, infieles, blasfemos, apóstatas y herejes que son propias de su religión, de otra manera ellos mismos no son fundamentalmente diferentes de los terroristas. Dichas condenaciones no son otra cosa que el veneno que cultiva el odio en el corazón de los creyentes. El antídoto contra este veneno son los principios de la ilustración: "Liberté, égalité, fraternité".2

Libertad para cuestionar los dogmas religiosos, para ser profanos y satirizar las opiniones de otros, para elegir otro camino aparte de las tradiciones. Libertad del miedo a las condenaciones y escrúpulos de la religión. Libertad para formarnos nuestras propias opiniones y ser críticos de las opiniones de otros.

Igualdad entre hombre y mujer, entre ministros y laicos, ricos y pobres, blancos y negros, creyentes y no creyentes. Igualdad porque biológicamente somos iguales, porque hemos sido formados de la misma manera y porque no hay ningún ser sobrenatural todopoderoso que distinga entre nosotros. Iguales porque nuestras opiniones y creencias no nos dan derecho a oprimir a nuestros vecinos.

Fraternidad entre las personas porque todos somos seres humanos, y dignos de la simpatía de nuestros congéneres. Fraternidad porque todos somos miembros de una misma sociedad, la actual, formada por seres humanos y que no es perfecta, y no de otra sociedad que es invisible, espiritual, formada en parte por espíritus y regida por por un ser sobrenatural, inhumano e infalible y que está enfrentada a todos los gobiernos del mundo.

Referencias

  1. Deuteronomio 28:15-45. RV60.
  2. Libertad, igualdad y fraternidad, Wikipedia