Aquello que puede ser destruido por la verdad debe serlo.
P.C. Hodgell
"MerryOldSanta" by Thomas Nast*
Esta entrada no es un ataque contra la navidad, sino contra una práctica que está
asociada con ella. Me refiero a engañar a los niños haciéndoles creer que Santa
Claus viene en la víspera de Navidad a dejar regalos. Prácticas parecidas son el
Niño Jesús, el Ratón Pérez, el Hada de los dientes, los Reyes Magos,
el Coco ( The Bogeyan ), entre otros.
Las razones por las cuales los padres hacen tal cosa, pueden variar. A continuación
presento una lista de argumentos para tal práctica, aunque no pretendemos que
esta lista sea exhaustiva:
- Es un medio para que mis hijos aprendan principios morales.
- Ayuda a mis hijos a ser espirituales.
- Los padres de los otros niños lo hacen, y no quiero que mi hijo sea diferente.
- Es una parte fundamental de la infancia que trae mucha felicidad a mis hijos.
El primer uso de Santa Claus tiene raíces históricas. Básicamente Santa Claus es un
medio para chantajear a los niños a fin de que hagan, o no hagan, lo que los padres
quieren. Hay una tradición donde Santa Claus aparece acompañado por un personaje que
castiga a los niños desobedientes. Hay otras figuras que han sido usadas exclusivamente
para asustar a los niños que consideren desobedecer a los padres, como el Coco y Medusa,
que era usada por los padres de la antigua Roma.
El problema con usar a Santa Claus como lección de moral, es que no enseña a los niños
a pensar racionalmente acerca de las consecuencias de sus acciones. Si un padre es incapaz
de enseñarle a sus hijos una norma de conducta con argumentos racionales, es o porque tal
norma de conducta es arbitraria o porque el padre ignora las razones de tal norma.
¿Consideraríamos a un niño que no miente o roba sólo porque Santa Claus no le traerá
regalos en Navidad como una persona moralmente íntegra?
Usar a Santa Claus o el Niño Jesús para inculcar religión puede resultar en un arma de
doble filo, pues cuando el niño se entere que las acciones del personaje fantástico
fueron perpetrados por sus propios padres, la fe puede ser sustituida por el
escepticismo y la confianza en las enseñanzas del hogar puede dar paso a una revisión
de lo aprendido con espíritu crítico.
Engañar a los hijos porque los demás lo hacen es una justificación tan buena como
para la práctica de la esclavitud en el siglo XIX o el nazismo en el siglo XX. A menudo la sociedad
puede estar equivocada en un tópico, y eso no nos exime del deber de pensar por
nosotros mismos. No le fallemos a nuestros hijos amparándonos en la mediocridad de los
demás.
La última razón que he enumerado alega que Santa Claus es fuente de felicidad para los
niños. Esto no lo discuto, pues yo mismo crecí en un hogar donde un personaje
fantástico nos visitaba en la víspera de Navidad para dejar regalos, y recuerdo muy
bien la ilusión que me producía la expectativa de tal evento. Pero este beneficio
lo debemos sopesar con los inconvenientes, que mencionaremos más adelante. También
podemos considerar que los niños pueden ilusionarse fácilmente con otras cosas, las
cuales pueden resultar más beneficiosas que el engaño de Santa Claus.
Inconvenientes de engañar a nuestros hijos
En primer lugar está el hecho de que Santa Claus no es real, evidentemente. No debemos
tomarnos a la ligera las mentiras blancas que decimos a nuestros hijos. Ellos están en
una etapa en que son fácilmente impresionables, y no sabemos qué influencia ejercerán
nuestras palabras y acciones. Dado que es difícil justificar las mentiras, asumimos un
gran riesgo al engañar a nuestros hijos. Consideremos las palabras del físico Lauren Kraus,
"El propósito de la educación no es justificar la ignorancia, sino vencerla".
Nuestros hijos necesitan aprender sobre el mundo real, ahora es el momento porque lo
necesitan y porque sus facultades son idóneas para el aprendizaje.
El pensamiento crítico no se desarrolla de manera natural en el ser humano, hay que
cultivarlo, y mientras antes se comience, mejor. En la historia de Polar Express, el
protagonista es un niño que está llegando a cierta madurez mental y se está cuestionando
la veracidad de la existencia de Santa Claus. A lo largo de la historia se va convenciendo
de que Santa Claus es real. Esto es todo lo contrario del pensamiento crítico. En lugar
de las evidencias llevar al niño a descartar la existencia de Santa Claus como algo
improbable e inútil, llega a una convicción sin fundamento. El fracaso de que nuestros
hijos no desarrollen el pensamiento crítico tiene un precio incalculable, dejándolos como
víctimas de todo tipo de engaños.
Si queremos que nuestros hijos emprendan una carrera en el área de las ciencias o la
tecnología, debemos estimularlos desde una edad temprana. Hacerles creer que Santa Claus
y cualquier otro tipo de hado es real, es arriesgar a que sean distraídos de
tal camino, pudiendo decidir dedicar sus vidas a una búsqueda de la olla de oro al final
del arcoiris o del cáliz sagrado.
Engañar de tal manera a nuestros hijos puede ser considerado abuso infantil, pues estamos
perjudicando al niño aprovechándonos de su ignorancia, ingenuidad y confianza en nosotros,
su padres, de quienes dependen.
Finalmente consideremos que hay alternativas a engañarlos haciéndoles creer que los hados existen.
Dichas alternativas tienen el poder de inspirarlos, de llenar sus vidas de ilusión y
felicidad más que los relatos fantásticos. Aquí no estamos abogando por eliminar la
lectura de fábulas y ciencia ficción, estas cosas tienen un lugar en la educación. Lo que
no consideramos correcto es hacer creer a los niños que las fábulas son realidad por
medio de astutos artilugios. Invito al lector a reflexionar sobre las siguientes citas,
y preguntémonos si estamos engañando a nuestros hijos con fábulas porque carecemos
nosotros mismos de un sentido de maravilla hacia el mundo real.
Una vez que vencemos nuestro temor de ser insignificantes, nos encontramos en el
umbral de un universo vasto y asombroso que hace definitivamente insignificante
en tiempo, espacio y potencial, el proscenio antropocéntrico de nuestros ancestros -
Carl Sagan. Pale Blue Dot.
Para mí, es mucho mejor contemplar el universo como realmente es que persistir en el
engaño, independientemente de cuán satisfactorio y confortante sea.
- Carl Sagan. The Demon-Haunted World
Referencias
(*) "
MerryOldSanta" by
Thomas Nast - Edited version of
Image:1881 0101 tnast santa 200.jpg.. Licensed under Public Domain via
Commons.